“Samuel respondió a Jehová: ¡Habla, que tu siervo escucha!”
1 Samuel 3:10
Hemos cumplido recientemente tres meses desde que iniciáramos este Blog y el día de hoy se ha cumplido un mes desde la publicación de nuestro último artículo. El silencio de este mes, sin editar alguna nueva reflexión no ha sido casualidad, ni tampoco negligencia de nuestra parte, sino que hemos querido esperar en Oración, la Voz de Dios a través de algunas reacciones y primeras señales de cómo Dios puede hablar al pueblo llamado Metodista.
Las informaciones recibidas durante estos tres meses han sido variadas, habiendo recibido en gran número un respaldo a este trabajo, también ha habido algunos detractores a esta iniciativa, a los que respetamos e invitamos a poder ir viendo los resultados definitivos que podemos lograr en el tiempo. Deseamos transmitir, una vez más, la certeza absoluta que a través de esta iniciativa no se busca el éxito de unos, ni tampoco el fracaso de otros, así como tampoco una popularidad personal, sino la búsqueda del Servicio que Dios merece, a través de una importante organización como lo es la Iglesia Metodista.
Señales de Dios en este período
Al interior de nuestra Iglesia, se están levantando las primeras manos y voces, que asumen nuestra realidad actual y no conformándose con ella, apuntan a reaccionar, dando los primeros pasos al ansiado Avivamiento. Estas primeras señales nos invitan a volver a nuestros orígenes, reactivando las prácticas primarias de nuestra tradición Cristiana. Nos referimos particularmente, a los medios de gracia, los que representan señales exteriores que debe tener todo aquel que busque la cercanía a Dios. Entre aquellos más regularmente practicados se cuentan: La Oración, Adoración Pública, La Santa Cena, Lectura y Estudio de las Escrituras.
Probablemente, sin la creación de este blog no habría voces de defensa o desagravio frente a las realidades que se presentan en nuestra Iglesia. Consideramos que este sitio, en mayor o menor grado, ha provocado algo especial en los lectores metodistas, y por qué no pensar que Dios usa diferentes medios para comunicarnos, sin creernos de ningún modo poseedores de una única verdad. Durante este último mes hemos sido testigos de las primeras reacciones ante la decadencia que vive la Iglesia Metodista, en concreto, hemos sido testigos de Cadenas de Oración (en Iglesias Locales, a nivel Distrital y también Nacional); Encuentros Masivos y algunos Seminarios de Capacitación (destacando el Seminario Nacional de los Jóvenes).
Si bien es cierto, estas primeras señales son un paso importante, es necesario continuar y concretar las acciones, gestos y decisiones siguientes, que puedan dar respuesta a la Voz de Dios en los distintos estamentos de nuestra estructura. Estas primeras señales no deben representar sólo hechos esporádicos, ni reaccionarios, sino continuos y cada vez mejores en el tiempo. A través de las acciones concurrentes debemos dar muestras claras de querer hacer la voluntad de Dios. Anhelamos tener una relación más estrecha con nuestro Creador, pero… ¡cuánto nos cuesta entender cómo El nos habla, cuándo lo hace, y, sobre todo, qué nos dice!.
La Voz de Dios puede despertar a los “dormidos”
Las personas que pasan constantemente buscando cómo agradar a Dios en su vida diaria, tendrán menos dificultad de diferenciar la voz del Señor de aquellas “otras voces”. El punto es que Dios siempre habla y los que estén más cerca de El serán los que mejor lo escuchen. Tal vez puede ser Ud. en su Iglesia Local, a través de una nueva forma de afrontar su liderazgo. Examinemos sin intereses personales de por medio, revisemos y comprobemos que lo que escuchamos sea palabra del trono de la gracia, fresca, desafiante, que penetra nuestra alma y transforma el corazón a Su semejanza. Una razón obvia por la que no escuchamos la voz del Señor es porque estamos “dormidos” en su “templo”. Como se anunció a la iglesia de Sardis en Apocalipsis : “tienes nombre de que vives pero estás muerta”.
Estos “dormidos” deben despertar de inmediato, de lo contrario, como suele suceder, sí escucharán la voz de Dios, pero como Elías la escuchó en la cueva: “¡Sal de tu cueva y dile a Eliseo que él te sustituya a ti!”. Expresándolo en otras palabras: Dios no detiene su obra por un “dormilón”. El Reino de los cielos avanza a pesar del hombre, a pesar de su pereza, o de su falta de visión. Dios no desecha a las personas, pero sí exige servicio fiel y perseverante, y, por supuesto, que su siervo “esté despierto”, atento a El.
Tres veces acudió Samuel a Elí para averiguar por qué lo llamaba. Ni siquiera pensó en otras posibilidades. Samuel creía que el único que podía hablarle era Elí. “Solo Elí estaba con él”. Su oído estaba predispuesto a escuchar lo que él ya conocía. Nos preguntamos cuántas veces me habrá hablado el Señor y como no dijo lo que queríamos oír, repitiendo: “¡Dios no me responde!”. Esta es una de las luchas más grandes de nuestra vida. Escuchar lo que no queremos oír y obedecer a eso. Compartimos el Coro de un maravilloso himno que no siempre escuchamos todo lo que quisiéramos:
Háblame en dulces notas,
Háblame con amor
"Ya la victoria es tuya,
No tengas mas temor".
Háblame cada día,
Hable tu tierna voz,
Susurra en mis oídos;
"¡Tu no estás solo no!".
Hermano(a) Metodista: Dios está más cerca de lo que crees, y su respuesta está en tu oído, solo necesitas decir:
¡Habla que quiero servir,
habla que solo quiero oír tu voz,
habla que quiero dejar de dormir,
habla que quiero tu revelación,
habla aunque cueste hacer lo que dices!,
Solo ¡habla que tu siervo escucha!.
1 Samuel 3:10

Las informaciones recibidas durante estos tres meses han sido variadas, habiendo recibido en gran número un respaldo a este trabajo, también ha habido algunos detractores a esta iniciativa, a los que respetamos e invitamos a poder ir viendo los resultados definitivos que podemos lograr en el tiempo. Deseamos transmitir, una vez más, la certeza absoluta que a través de esta iniciativa no se busca el éxito de unos, ni tampoco el fracaso de otros, así como tampoco una popularidad personal, sino la búsqueda del Servicio que Dios merece, a través de una importante organización como lo es la Iglesia Metodista.
Señales de Dios en este período
Al interior de nuestra Iglesia, se están levantando las primeras manos y voces, que asumen nuestra realidad actual y no conformándose con ella, apuntan a reaccionar, dando los primeros pasos al ansiado Avivamiento. Estas primeras señales nos invitan a volver a nuestros orígenes, reactivando las prácticas primarias de nuestra tradición Cristiana. Nos referimos particularmente, a los medios de gracia, los que representan señales exteriores que debe tener todo aquel que busque la cercanía a Dios. Entre aquellos más regularmente practicados se cuentan: La Oración, Adoración Pública, La Santa Cena, Lectura y Estudio de las Escrituras.
Probablemente, sin la creación de este blog no habría voces de defensa o desagravio frente a las realidades que se presentan en nuestra Iglesia. Consideramos que este sitio, en mayor o menor grado, ha provocado algo especial en los lectores metodistas, y por qué no pensar que Dios usa diferentes medios para comunicarnos, sin creernos de ningún modo poseedores de una única verdad. Durante este último mes hemos sido testigos de las primeras reacciones ante la decadencia que vive la Iglesia Metodista, en concreto, hemos sido testigos de Cadenas de Oración (en Iglesias Locales, a nivel Distrital y también Nacional); Encuentros Masivos y algunos Seminarios de Capacitación (destacando el Seminario Nacional de los Jóvenes).
Si bien es cierto, estas primeras señales son un paso importante, es necesario continuar y concretar las acciones, gestos y decisiones siguientes, que puedan dar respuesta a la Voz de Dios en los distintos estamentos de nuestra estructura. Estas primeras señales no deben representar sólo hechos esporádicos, ni reaccionarios, sino continuos y cada vez mejores en el tiempo. A través de las acciones concurrentes debemos dar muestras claras de querer hacer la voluntad de Dios. Anhelamos tener una relación más estrecha con nuestro Creador, pero… ¡cuánto nos cuesta entender cómo El nos habla, cuándo lo hace, y, sobre todo, qué nos dice!.
La Voz de Dios puede despertar a los “dormidos”
Las personas que pasan constantemente buscando cómo agradar a Dios en su vida diaria, tendrán menos dificultad de diferenciar la voz del Señor de aquellas “otras voces”. El punto es que Dios siempre habla y los que estén más cerca de El serán los que mejor lo escuchen. Tal vez puede ser Ud. en su Iglesia Local, a través de una nueva forma de afrontar su liderazgo. Examinemos sin intereses personales de por medio, revisemos y comprobemos que lo que escuchamos sea palabra del trono de la gracia, fresca, desafiante, que penetra nuestra alma y transforma el corazón a Su semejanza. Una razón obvia por la que no escuchamos la voz del Señor es porque estamos “dormidos” en su “templo”. Como se anunció a la iglesia de Sardis en Apocalipsis : “tienes nombre de que vives pero estás muerta”.
Estos “dormidos” deben despertar de inmediato, de lo contrario, como suele suceder, sí escucharán la voz de Dios, pero como Elías la escuchó en la cueva: “¡Sal de tu cueva y dile a Eliseo que él te sustituya a ti!”. Expresándolo en otras palabras: Dios no detiene su obra por un “dormilón”. El Reino de los cielos avanza a pesar del hombre, a pesar de su pereza, o de su falta de visión. Dios no desecha a las personas, pero sí exige servicio fiel y perseverante, y, por supuesto, que su siervo “esté despierto”, atento a El.
Tres veces acudió Samuel a Elí para averiguar por qué lo llamaba. Ni siquiera pensó en otras posibilidades. Samuel creía que el único que podía hablarle era Elí. “Solo Elí estaba con él”. Su oído estaba predispuesto a escuchar lo que él ya conocía. Nos preguntamos cuántas veces me habrá hablado el Señor y como no dijo lo que queríamos oír, repitiendo: “¡Dios no me responde!”. Esta es una de las luchas más grandes de nuestra vida. Escuchar lo que no queremos oír y obedecer a eso. Compartimos el Coro de un maravilloso himno que no siempre escuchamos todo lo que quisiéramos:
Háblame en dulces notas,
Háblame con amor
"Ya la victoria es tuya,
No tengas mas temor".
Háblame cada día,
Hable tu tierna voz,
Susurra en mis oídos;
"¡Tu no estás solo no!".
Hermano(a) Metodista: Dios está más cerca de lo que crees, y su respuesta está en tu oído, solo necesitas decir:
¡Habla que quiero servir,
habla que solo quiero oír tu voz,
habla que quiero dejar de dormir,
habla que quiero tu revelación,
habla aunque cueste hacer lo que dices!,
Solo ¡habla que tu siervo escucha!.