
En nuestro ámbito eclesial habitualmente ocupamos la oración como respuesta a muchas cosas, sin embargo ¿lo estamos haciendo en la completitud que este medio de gracia conlleva?. Un grado no menor de escepticismo se percibe en muchas ocasiones entre cristianos que trabajan a favor de la transformación humana y del bienestar integral de los demás. Un escepticismo que, en algunos casos, transforma la fe en activismo y la esperanza en mesianismo humano.
La vida y las enseñanzas de Jesús nos recuerdan la centralidad de la oración. Para él, la oración era la forma de mantenerse en contacto permanente con el Padre, de someterse al escrutinio de Su voluntad y de recibir la inspiración para continuar anunciando y haciendo presente la realidad del Reino de Dios y su justicia. Jesús oraba en privado, lo hacía en público y muchas veces se unía a sus discípulos para practicar la oración comunitaria. Siempre se cuidó de no caer en los riesgos de la oración ritualista, carente de sentido y de acción, como era la de los religiosos de su tiempo. A los fariseos les recordó que sus largas oraciones no servían para nada; eran solamente una excusa más de su religiosidad carente de justicia y de misericordia para con el prójimo.
Pero, ¿sirve de algo?. No sirve de nada cuando se desliga del compromiso cotidiano con la causa del Reino de Dios y cuando se divorcia de la vida y de la Historia. No es cristiana la devoción que se separa de la ética. Emmanuel Kant, un célebre filósofo alemán, señalaba que el ser humano se dispensaba, orando, de actuar moralmente. Por eso para él, la oración era, literalmente, mera tontería.
La oración de nada sirve, seamos sinceros, cuando paraliza las acciones y justifica la falta de compromisos. De nada sirve cuando aliena la existencia y sirve como excusa a la injusticia. A eso se refería Jesús cuando dijo: “!Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, porque les quitan sus casas a las viudas y para disimularlo hacen largas oraciones...” (Mateo 23:14). Sus oraciones, aunque largas y elocuentes, no eran más que palabrerías mal intencionadas para ocultar el despojo. De ahí la dureza con que Jesús las condenó.
Realmente sirve de mucho, y resulta crucial, cuando va unida a la acción y cuando se integra en la totalidad de nuestra vida cristiana; cuando es súplica sincera que busca conocer la voluntad del Padre y cuando conduce al compromiso efectivo con esa voluntad revelada. Jesús oraba: “... pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Mateo 26:39).
De ahí que debamos resaltar la dupla oración-acción; para que nuestras oraciones no se queden en la retórica litúrgica sino que conduzcan al cumplimiento de la voluntad de Dios en el mundo, pero también, para que nuestras acciones, por más esforzadas y nobles que sean, no se conviertan en activismo instrascendente, donde Dios quede ausente y eliminemos así la posibilidad del sentido de nuestro compromiso como cristianos. Orar y no actuar es tan errado como actuar sin orar.
2 comentarios:
Tus palabras son el fiel reflejo del pensamiento metodista ( en la doctrina al menos quizás no en las personas), que a su vez es el fiel reflejo de una mentalidad racionalista y humanista que lejos está de representar la personalidad en Cristo del Hijo de Dios, mente nueva (metanoia).
Tus palabras, en este artículo no son más que vagas filosofías y pensamientos centrados en la construída y falsa capacidad del hombre de poder hacer algo a favor de Dios, de la utilidad de éste y de su supuesto "valor". Esto "hermano metodista" se Llama Humanismo, y poco tiene que ver con la Biblia.
Que hayan textos bíblicos intercalados en tu texto no son suficientes para argumentar que tus ideas sean conforme a la biblia.
Saludos
Esteban Hernández V.
estebanhernandezvalderrama@gmail.com
Hermano metodista.
Existe un grupo de hermanos metodistas que valoramos mucho el tiempo que ustedes entregar en esta labor.
Ustedes si saben lo que es la ACCION.
Sus articulos han sido aportes de mucha reflexion y nos han motivado para continuar el trabajo en nuestra amada Iglesia Metodista.
Porque si existe un grupo que trabaja como ustedes todavia tenemos esperanza de que las cosas puedan ser mejores.
Si los heremanos se dispusieran a trabajar y no a criticar el trabajo de otros,podria ser.
Nosotros les felicitamos porque sus articulos son esperados y comentados a lo largo de todo Chile.
Gracias por su valioso aporte a esta Iglesia.
Y nos desmayen porque nos quedan mucho temas que seran de gran importancia para todos.Solo queda un año.
Bendiciones del Señor.
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