miércoles, 21 de mayo de 2008

Reflexiones de este Blog (Segunda Parte) …

La Voz de aquellos sin voz …


Nuestra Iglesia Metodista, se declara democrática, más aún cuando, no sólo aquellos miembros en plena comunión tienen derecho a voz en las Asambleas sino también los probando. Juan Wesley, menciona: “En todo aquello que no vulnere las raíces de nuestra fe, pensamos y dejamos pensar”. Nuestro país vivió durante años bajo el régimen militar, que también en muchos sectores se declaraba como un régimen democrático y donde cada ciudadano se podía expresar libremente.

En nuestra organización, existen las Asambleas donde efectivamente nuestras opiniones se pueden expresar “libremente”, pero no hay espacios donde se puedan tratar los temas de fondo que a muchos preocupan. Cuando se intenta tratar los temas de fondo, éstos se terminan acallando y ni siquiera en la Asamblea General, el lugar de debate por excelencia, se llega a la instancia de poder tratar estos temas en profundidad, tomando medidas para revertir la situación actual. En el extremo, todos aquellos a quienes funcionan las cuerdas vocales pueden hablar, pero en la práctica ¿no es acaso en nuestras conversaciones de pasillo?, ¿en los “break” de nuestras Asambleas, en la comunicación informal, en el denominado Correo Metodista donde se conoce mucho más del pasar real de la Iglesia que sólo escuchando los “informes formales”? ¿No es en extremo complicado para algunos pastores que comparten algunas de estas inquietudes, el que se puedan expresar libremente en una Asamblea de Distrito, General o alguna instancia fuera del ámbito más íntimo?.


Cuando hablamos de aquellos sin voz, estamos utilizando una metáfora para expresar la situación a la que ha llegado nuestra Iglesia, de no generar los canales de expresión, no escuchar, no propiciar aquello que nos permita tener visiones diferentes a la “oficial y formal”. En algunos sectores es mirado como algo incorrecto, de discordia, el levantar una voz diferente, y se terminan aplacando dichas expresiones, que igualmente están presentes en los distintos sectores, pero en los canales informales, sin poder presentar nuestra voz en lo formal. Recordemos que la infalibilidad del papa es un distingo de la Iglesia Católica y no de la línea protestante. En definitiva, nos estamos quedando sin voz …


Un interesante artículo de un gran escritor Metodista…

Compartimos unas breves líneas de reflexión que han llegado a nuestro correo:
“Esta novedosa y oportuna iniciativa es tal vez el signo de un despertar, que permita que por fin el metodismo chileno sea lo que debe ser: Metodista. Comparto plenamente sus preocupaciones por la 'crisis de la Iglesia Metodista', la que sin disminuirla es parte de una crisis global del cristianismo, pero me quedo con el término crisis como sinónimo de parto, duele pero al final algo nuevo nace para bendición de todos, pero hay que atreverse a vivir la experiencia. Comparto con ustedes la 'perplejidad' ante lo que sucede en nuestras iglesias, la verdad es que no sabemos qué hacer, porque las respuestas no sirven, sino solamente las acciones. Creo sinceramente que para superar tamaña crisis hay que abrir las puertas, las ventanas, la mente y el corazón para recibir una nueva brisa renovadora en la Iglesia, hay que convocar al diálogo, escucharnos primero, ponernos de acuerdo en el tipo de Iglesia que deseamos construir, echar por tierra viejas teologías que ya no sirven ni responden a nada y dejar que el Espíritu Santo sea el que nos mueva hacia esa tierra prometida que tanto todos anhelamos. Vamos a renovar nuestra tradición transculturada y hacerla nuestra y viva. Así que manos a la obra, vamos a dejar los miedos de lado que nos paralizan, vamos a dejar de confiar en los privilegios para confiar en la fe en Jesucristo y a seguir aportando ideas para que algo nuevo nazca con la ayuda del Señor”.

1 comentario:

jaimegutierrez1 dijo...

No pense que fueramos tan pocos
los miembros en plena comunión.

Pienso que se debería hacer un estudio para los hermanos, de como evnagelizar. Y de este modo hacer crecer nuestra Iglesia, con la auda del Señor.

Jaime Gutiérrez
Hno. de Ochagavía